
La shejitá, el método judío de sacrificio ritual, ha sido durante mucho tiempo un tema de debate: para algunos, es una práctica compasiva; para otros, genera cuestionamientos sobre el bienestar animal. Recientemente, en la conferencia anual de la Orthodox Union, el rabino Eduardo Wollestein se interesó particularmente en un estudio que podría aportar claridad a esta discusión. El Dr. Jacob Hascalovici presentó su investigación “Neurobiology and Cardiovascular Physiology of Shechita”, un análisis científico que examina cómo responden neurológica y cardiovascularmente los animales durante este procedimiento. Sus hallazgos ofrecen una perspectiva basada en evidencia, transformando un tema que tradicionalmente se debatía desde la fe y la tradición, en uno que ahora también puede evaluarse desde la ciencia.
Shejitá y Ciencia: ¿Crueldad o Compasión?
La práctica ancestral de la shejitá, el método ritual judío para el sacrificio de animales, ha estado en el centro de un debate que combina religión, ética y ciencia. En un contexto donde las legislaciones sobre bienestar animal son cada vez más estrictas, muchas voces han cuestionado si este procedimiento es compatible con los estándares modernos de compasión hacia los animales. Sin embargo, una reciente investigación presentada por el Dr. Jacob Hascalovici en la conferencia anual de la Orthodox Union ha arrojado luz científica sobre esta controversia.
La polémica en torno a la shejitá
En algunos países, se ha llegado incluso a promover prohibiciones o restricciones legales sobre la shejitá, alegando que causa sufrimiento innecesario. Frente a este escenario, surgió la necesidad de aportar datos concretos que puedan respaldar lo que la tradición judía ha sostenido durante siglos: que la shejitá, cuando se realiza correctamente, es un acto de profunda consideración hacia el animal.
Con esta motivación, un equipo de investigadores se propuso estudiar la shejitá desde una perspectiva neurobiológica y cardiovascular, evaluando lo que sucede realmente en el cuerpo del animal en los segundos posteriores al corte ritual.
¿Qué ocurre en el cerebro del animal durante la shejitá?
Gracias a modelos digitales de circulación cerebral y análisis previos, el estudio se enfocó en el sistema nervioso y circulatorio de los bovinos. La shejitá consiste en el corte simultáneo de la tráquea, el esófago, las arterias carótidas y las venas yugulares, lo cual provoca una rápida caída de la presión sanguínea cerebral y una hipoxia aguda (falta de oxígeno en el cerebro).
Los hallazgos fueron claros: el animal pierde la consciencia entre 2 y 5 segundos tras el corte, y en todos los casos dentro de un máximo de 10 segundos. En ese lapso, la percepción del dolor se interrumpe por completo.
Comparaciones con otros métodos
El estudio también evaluó los métodos industriales más comunes, como el aturdimiento mecánico o eléctrico. Estos métodos, aunque diseñados para evitar el sufrimiento, tienen tasas de fallo más altas en cuanto a lograr una inconsciencia real e inmediata. En contraste, cuando la shejitá es realizada por un shojet experto, con un cuchillo perfectamente afilado, se logra una exanguinación inmediata e irreversible, con mínima o nula percepción de dolor por parte del animal.
Tradición y ciencia: un encuentro armonioso
Para quienes practican la halajá, estos resultados no son sorprendentes. La Torá establece normas de sacrificio que priorizan el respeto, la dignidad y la compasión hacia los seres vivos. La ciencia moderna, en este caso, no contradice la tradición judía, sino que la valida.
Este estudio no solo fortalece la legitimidad de la shejitá frente a legisladores y defensores del bienestar animal, sino que también ofrece un puente entre fe y ciencia, demostrando que pueden coexistir en armonía.