Janucá: Luz, identidad y milagros. La historia y el significado detrás de la Fiesta de las Luminarias

Janucá, también conocida como la Fiesta de las Luminarias, es una de las celebraciones judías más reconocidas en el mundo; durante ocho noches, encendemos la janukiá, disfrutamos sufganiot, jugamos dreidel y recordamos que, incluso en los momentos más oscuros, la luz tiene fuerza para renacer.

Pero detrás de las velas y los sabores típicos existe una historia profunda sobre resistencia espiritual, libertad religiosa y renacimiento cultural.
En este artículo exploraremos el origen de Janucá, sus costumbres, símbolos, significado espiritual y cómo se conecta hoy con el mundo kosher.

¿Qué celebramos en Janucá?

Janucá recuerda dos eventos centrales:

1. La victoria de los macabeos

En el siglo II a. e. c., el Imperio seléucida prohibió la práctica judía, impuso rituales paganos y profanó el Templo en Jerusalén.
Un pequeño grupo de judíos (los macabeos), se rebeló y logró recuperar la independencia espiritual del pueblo.

2. El milagro del aceite

Cuando los macabeos entraron al Templo para rededicarlo, solo encontraron una vasija de aceite puro, suficiente para un día, sin embargo, el aceite ardió durante ocho días, tiempo necesario para producir aceite nuevo bajo las leyes de pureza.

Por eso Janucá dura ocho días y por eso encendemos la janukiá.

La janukiá: símbolo de luz y resistencia

La mitzvá principal de Janucá es encender la janukiá, un candelabro de nueve brazos: ocho para cada noche y uno adicional llamado shamash, usado para encender las demás luces.

Se coloca en una ventana o lugar visible para cumplir con pirsumé nisá —“publicar el milagro”—, es decir, compartir el mensaje de Janucá con el mundo.

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Costumbres de Janucá

1. Encender las velas

Cada noche se enciende una vela más hasta completar las ocho.
La bendición principal recuerda:
“…Quien hizo milagros a nuestros antepasados en aquellos días, en esta época”.

2. Comer alimentos fritos en aceite

Porque el aceite es el protagonista del milagro. Entre los clásicos:

  • Sufganiot (donas rellenas)
  • Latkes (tortitas de papa)
  • Keftes (croquetas sefardíes)

3. Jugar dreidel

El dreidel lleva grabadas cuatro letras: נ ג ה ש (Nes Gadol Haya Sham) —“Un gran milagro ocurrió allí”—.
En Israel, la letra ש cambia por פ: “aquí”.

4. Tzedaká y actos de bondad

La luz de Janucá también se comparte a través de la generosidad, donaciones y ayuda comunitaria.

Janucá y el mundo kosher: una relación natural

Janucá es una festividad que se vive en el hogar, alrededor de la comida, la familia y la tradición.
Por ello, es clave elegir ingredientes kosher certificados, especialmente para:

  • Aceites de cocina
  • Harinas y mezclas para repostería
  • Mermeladas y chocolatería
  • Productos lácteos
  • Dulces y botanas

Además, esta época es ideal para reforzar la educación sobre lo que sí es kosher y lo que no, ya que muchas personas hornean, compran postres o adquieren productos importados.

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Dimensión espiritual: encender por dentro lo que encendemos afuera

La enseñanza más profunda de Janucá es que la luz espiritual nunca se extingue, incluso cuando parece mínima —como aquel aceite para un solo día—.

Cada vela representa:

  • Esfuerzo
  • Identidad
  • Persistencia
  • Continuidad
  • Libertad religiosa
  • Esperanza

Encenderlas nos recuerda que la luz externa debe acompañarse de luz interna: actos, valores y claridad moral.

Janucá en la actualidad: una fiesta viva

Hoy, Janucá se celebra en hogares, escuelas, plazas y hasta en lugares públicos como embajadas y centros comunitarios. La comunidad comparte:

  • Conciertos
  • Eventos para niños
  • Encendidos públicos
  • Donaciones
  • Reuniones familiares

La esencia sigue siendo la misma que hace más de 2,000 años: afirmar la identidad y compartir la luz con el mundo.

Reflexión final: Que tu luz haga brillar a otros

Janucá no solo celebra un milagro antiguo.
Celebra la capacidad eterna del ser humano para levantarse, resistir y encender esperanza incluso cuando el aceite parece escaso.

Que esta fiesta te inspire a compartir luz, a cuidar tus tradiciones y a fortalecer tu camino espiritual.

Jag Urim Sameaj!
¡Que tus ocho noches estén llenas de luz, sabor, tradición y alegría!